¿La virginidad es un mito?
- Arianne Bello
- 17 jun 2021
- 3 Min. de lectura
No es secreto que la mayoría (por no decir todas) las concepciones de la virginidad han sido establecidas por hombres a lo largo del tiempo. Han creado este mito que ha sido la base de tantas creencias, religiones y valores. Es este mito, el que ha hecho que especialmente las mujeres seamos categorizadas sólo por "ser vírgenes" o no. Investigando sobre el tema vimos que el concepto de virginidad nace de estándares e ideales creados por personas y sus creencias subjetivas, no bajo factores científicos.
Comparamos ciertos términos para realmente entender lo que nos han enseñado desde pequeñxs y por qué como sociedad hemos confundido y malinterpretado tantas cosas. Según la RAE los siguientes términos se definen así:
Virgen: persona que no ha tenido relaciones sexuales; persona que, conservando su castidad, la ha consagrado a una divinidad.
Virginidad: estado de virgen.
Himen: repliegue membranoso que reduce el orificio externo de la vagina mientras conserva su integridad.
Castidad/pureza: virtudes morales para algunas religiones y grupos sociales
Luego de entender y leer estas definiciones, está claro que son constructos sociales y que no tienen una base real para definir el valor y pureza de las personas. Hablemos de lo que realmente significan estos términos hoy en día, empezando por la virginidad, un concepto que es relativo para cada quien, que más allá de considerarse un acto físico, puede basarse en la religión, en pensamientos, en emociones y en experiencias para cada unx.
El himen, si bien es un elemento anatómico en el cuerpo de las mujeres, este es totalmente insignificante, hay que educarnos y educar a las generaciones que vienen en el hecho de que si se rompe esta membrana o no, esto no define la integridad de nuestro cuerpo,no es algo que nos hace más o menos valiosas como mujeres como nos lo han hecho creer durante siglos.
La castidad y pureza, han sido términos guía para diferentes religiones, sin embargo, no sólo han definido el valor de mujeres durante años, sino que han castigado y penalizado la sexualidad, poniendo el sexo como una falta de moral y algo “sucio”. Esta mentalidad ha hecho que muchas nos juzguemos consciente o inconscientemente, que no nos sintamos dignas de nuestra disfrutar nuestra sexualidad, que lo veamos como algo impuro, esto tiene que cambiar. No hay nada más sano que entender nuestro cuerpo, cómo se conecta con nuestras emociones y sentidos sin creer que estamos haciendo algo mal, escondernos y reprimirnos solo por los ideales que nos inculcan desde niñxs.
Es difícil comprender todo lo que este mito nos ha limitado y las huellas que ha dejado en muchxs, sin embargo, la historia parece estar cambiando. Para millones de mujeres la virginidad ha dejado de tener el valor simbólico que durante siglos se le aportó. Desde la perspectiva de los derechos humanos imponer el mandato de la virginidad a las mujeres es una forma de discriminación de género y una violación de sus derechos fundamentales. Las diferentes formas de fiscalización del estado del himen mediante los llamados test de virginidad, constituyen un tipo de agresión y violencia sexual.
El sexo va mucho más allá que la penetración vaginal, hay muchas formas en las que pueden presentarse las actividades sexuales, como vimos, no es un concepto médico ni biológico, en el diccionario está basado en concepciones sociales. Es por esto que la virginidad como constructo social y como mito hacen todo el sentido. Es algo relativo para cada persona, mientras un acto sea consensuado y permitido por las partes involucradas.
Al final y como reflexión de este mito, somos más que nuestra vida sexual, somos pensamientos, sentimientos, emociones, sensaciones. No nos encasillemos en lo que nos han enseñado, veamos más allá y dejemos de categorizarnos entre nosotrxs por ser o no “vírgenes”, si empezamos por nosotras mismas el cambio y la normalización se verá mejor y más rápido.



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