top of page

Sol Kellan: el Vestuario como Cuerpo, Refugio y Transformación

  • Foto del escritor: Regina Alencaster
    Regina Alencaster
  • 11 ago
  • 3 Min. de lectura

A los cuatro años, Sol Kellan quedó hechizada por el Cascanueces en Bellas Artes. Pero no fue la música ni el baile lo que le robó el aliento: fueron los vestuarios. Desde entonces, su vida ha sido un viaje profundo y a veces desafiante hacia la creación de mundos visuales habitables, donde el diseño no solo viste cuerpos sino también memorias, resiliencia y fantasías.

Cortesía
Cortesía

Hoy, Sol es una de las artistas de vestuario más viscerales y singulares del ecosistema escénico y visual en México. Su trabajo se mueve entre el teatro, el circo, el performance, la moda, la psicología y la sanación. Su historia personal—atravesada por momentos de incertidumbre, duelos y reconstrucción—ha sido también el material base de su iconografía. No es metáfora: Sol se ha sostenido creando.


Me puse mis propios vestuarios, me convertí en mis propios personajes. Era supervivencia emocional. Si no lo hacía, me desvanecía.

Kellan creció entre música clásica, retazos de telas de su tía bailarina y los VHS del Cirque du Soleil que su papá le regalaba. La fascinación por el vestuario fue inmediata, pero también lo fue su deseo de explorar caminos alternos a lo institucional. En sus estudios universitarios de diseño, eligió desde el inicio acercarse al vestuario escénico, aún cuando la carrera no lo contemplaba formalmente en ese momento. Su tesis se convirtió en la primera dedicada al diseño de vestuario en esa escuela, abriendo una puerta que hoy otras siguen cruzando.


ree

Luego vinieron relaciones difíciles, etapas de fuerte aislamiento y una época donde todo parecía incierto. Fue entonces que Sol, sin contactos ni red, comenzó a inventarse: creó personajes fantásticos, los cosió con sus manos, los encarnó en su propio cuerpo, y los compartió en redes. Así empezó a trabajar profesionalmente: primero con artistas del circo, luego en producciones como dJesucristo Superestrella, Hoy no me puedo levantar, y eventualmente en el ballet de Leonora con la Compañía Nacional de Danza.


Mi trabajo tiene una raíz onírica, entre el circo, el ballet y los cuentos rusos. Siempre imaginé que podía ser Petrushka o Sherezada. La fantasía me salvó.


Día de Muertos 2021, Vestuario de Sol Kellan
Día de Muertos 2021, Vestuario de Sol Kellan

Uno de sus hitos más destacados fue el vestuario para el desfile del Día de Muertos de 2021 en la CDMX, un reto monumental que realizó durante pandemia con un ejército de diseñadoras, ilustradoras y patronistas. Le pidieron que no usara negro —“acabábamos de pasar por el COVID”— y ella respondió con una paleta inspirada en los maíces endémicos de México. Cada tela fue diseñada e impresa especialmente para el desfile. Cada personaje, pensado para emocionar a una niña como la que ella fue.


Su colaboración con Irina Marcano para el ballet de Leonora —inspirado en las esculturas de Carrington— fue una exploración única del surrealismo en vestuario. Allí enfrentó uno de sus retos más complejos: transformar esculturas rígidas de bronce y cobre en cuerpos móviles para la danza. El resultado: vestuarios que restringían parcialmente el movimiento para inspirar nuevos lenguajes coreográficos. Esa serie de piezas acaba de ser finalista en World Stage Design 2025.


ree

Pero Sol no diseña para complacer ni para embellecer. Su vestuario no es ornamento: es armadura emocional. Diseña cuerpos que sobreviven.


Tengo un personaje que se llama The Mask Warrior: una guerrera cubierta de máscaras que protegen las heridas. Es mi reconciliación con el hecho de ser mujer en un mundo complejo.

El trabajo de Sol Kellan revela algo esencial: que vestirse es también narrarse. Que el vestuario puede ser una declaración política, una respuesta al dolor, o un campo de juego para el deseo. Desde sus primeros retazos hasta sus piezas más ambiciosas, Sol ha vestido lo invisible: emociones, memorias y ficciones que no caben en palabras.


Comments


bottom of page